martes, 17 de abril de 2012


-Tú, me ves después de todo este tiempo y solamente te sale decir "tú". Está bien, dame un abrazo, tú.- Bromeó Charles abrazándola con firmeza.-Te he echado tanto de menos...-Le susurró.
-Y yo a ti, Charles. Vivía cada noche esperando alguna señal, algún atisbo... Y por fin te tengo aquí. No quepo en mí de alegría, Charles...-Dijo Fayna, con una lágrima derramándose lentamente por su mejilla.
-Ven, Fay, quiero que te sientes, debo decirte algo...-Le señaló el sofá, le pasó su brazo por encima y apoyó el rostro delicado de Fayna en su pecho.-Estoy cansado de todo esto, de idas y venidas, de despedidas y reencuentros. Estoy cansado de nuestros miedos, de nuestras inseguridades. De ponerle la pausa a esto cada vez que uno de los dos tiene o debe marcharse. Y me da igual la razón de las partidas, simplemente quiero que no vuelvan más, que sean ellas las que se vayan para siempre de nuestras vidas. Fayna, esté donde esté, cambio mis horas de sueño por velar los tuyos-Aseveró.
Fayna tenía un tráfico de lágrimas horrible por sus mejillas. No podía articular palabra. De un modo u otro era lo que ella quería. Lo que, también, ella pensaba. Charles le había dado un portazo a todos esos miedos que les impedían estabilizar todo el amor que sentían el uno por el otro.

Y antes de emprender el camino al dormitorio y dar por finalizado un largo y emocionante día... Sin que ninguno de los dos pronunciara palabra se adivinó algo...
"Voy a estar contigo todas las noches del resto de mi vida"

sábado, 14 de abril de 2012

El problema


Y el problema es que te pienso. Te pienso cuando estás, pero más aún cuando te vas. Cuando inicias la marcha y dejas tras de ti un aroma de esperanza machacada con tiempo. Que mis ojos nunca han dejado de parpadear por los tuyos, que mis labios no han dejado de gritar en silencio tu nombre. Que mis manos te echan de menos, a tu pelo, a tu piel, incluso a tu ropa... Que te quiero. Quizá no desde el primer día, pero es que todavía no ha llegado el último... Y mucho me temo que no llegará.

miércoles, 11 de abril de 2012

Hasta la polla


Sólo digo que estoy hasta la polla de sentimientos premeditados, de ver sólo con los ojos, de unicamente saborear con el paladar y tocar exclusivamente con las manos.
Que estás a tomar por culo de aqui y todas las noches te dibujo con el boligrafo de mis dedos.
Me basta con un par de palabras y un recuerdo de ese verano para cerrar los ojos y verte a mi lado.
Nunca has sido mía. Tampoco sé si algún día lo serás.
Pero esta vez mi voz no va a temblar, esta noche te voy a susurrar desde la distancia que eres la única que consigue amedrentrar a mis miedos.
Y que te quiero.

martes, 10 de abril de 2012

Soy más de ti.


Yo no sirvo para estas cosas. Yo soy más de distancias cortas. De rozar tu piel, de coger tu mano.
Yo no soy de largas conversaciones al teléfono, soy más de paseos largos por la orilla del mar... Y aqui no tengo. Ni a la orilla ni a ti.
Yo no sirvo para echarte de menos más de un día. No sirvo para discutir y tener que resignarme a esperar para darte un puto abrazo y zanjar todo lo zanjable. Yo soy más de coger el coche y aparecer en la puerta de tu casa con un par de historias que consigan darme un poco de tregua para convencerte de que, aún sin ser perfecto, soy el indicado.
Yo no soy de viajar cada fin de semana para poder verte. A mi me gusta más volar contigo todas las santas noches sin necesidad de pasajes. Y las cursiladas, ya ves que tambien me van. Pero sólo a veces.
Y tambien sé que a lo mejor no sirvo para ti. Porque tú también eres de distancias cortas y de paseos en bici con la brisa del mar...
Pero a mi no me van las rendiciones, sino las motivaciones. Y tus ojos ganan por goleada a todos esos kilometros que golpean mi cerebro.
Porque yo soy más de ti...