jueves, 26 de febrero de 2015

A mi

El problema de leer es que hay historias que no quieres volver a repetir.
Finales que al revivirlos te revuelven las ganas de comenzar,
de abrir otras solapas,
de conocer otros autores,
de confiar en la literatura.

Poemas en los que siempre llora algún corazón,
duele ver artistas que siempre escribieron tristezas.
Y musas que nunca supieron leerse en sus líneas.

Por eso elegí escribir.

Ni poesía, ni novela.

Escribirme. A mi.

Solo a mi.

Y que así nadie espere bonitos finales,
ni bonitas segundas partes.

Joder, ¡ni relatos que merezcan la pena!

Pero yo siempre abro tu libro
y, espero, que en algún capítulo
tú dejes la calculadora a un lado
y me escuches cuando te grito,
de lejos,
que quiero quedarme a vivir
entre tus piernas.

Porque tú siempre fuiste de números,
y yo solo se escribir por tu espalda.