martes, 25 de diciembre de 2018

Ahora que nadie me ve

Ahora que nadie me ve voy a soltar el lastre,
los daños,
las lágrimas,
el dolor.

Ahora que nadie me ve,
voy a volar libre,
de la mano de quien no tenga miedo.

Voy a soñar con los ojos abiertos.

Ahora que alguien me lee,
tengo tantos propósitos,
como despropósitos,
que cumplir el próximo año.
Y, aunque no sé muy bien como empezar,
sé cómo no debo acabar;
queriendo(te).

Ahora que alguien me ve,
me toca,
me siente,
me quiere,
ahora.

Ahora que alguien no me quiere leer,
tenías razón,
corazón,
estoy mejor lejos de tu amor.
Que implica estar lejos de tu dolor,
aunque no quiera abandonarnos,
aunque no quiera abandonarte.

Ahora, leéme, por favor.

Estar mejor
no signfica
que sea
siempre
la mejor opción.

Ahora que alguien me ve,
no confundas estas lágrimas
con la debilidad de quien está rendido,
sino con la valentía de quien se sabe resquebrajado
pero
no
va
a
parar
de
luchar.

jueves, 13 de diciembre de 2018

Tienes derecho

Tienes derecho a romperte,
a resquebrajarte en mil pedazos
y dejar esparcidos por el cuarto todos tus trozos.

Tienes permiso para dejarlos ahí,
botados,
durante unos días.

Sin que nadie venga a ordenarlos,
a pegarlos,
a unirlos,
a juntarlos.

Nadie tiene la obligación de venir a reconstruirte,
ni si quiera tú.

Tienes derecho a verlo todo un poquito más oscuro de lo normal,
te has pasado demasiado tiempo tirando del resto,
poniendo el optimismo en corazones hundidos
que no veían el final,
ni el principio,
que no veían nada.

Y te has olvidado de tus rodillas.
Que también flaquean,
y se doblan.

Te has olvidado de tu pecho,
que también se rinde.

Tienes derecho a guardar silencio,
porque cualquier cosa que digas
podrá ser, y será, utilizada en tu contra.

Tienes derecho a sentirte derrotado,
porque ahí,
y solo ahí,
sabrás donde está el fondo.

Y ya solo te quedará la obligación de salir a flote.