miércoles, 30 de marzo de 2016

Ligero

Es como si la gravedad no me afectara como al resto de planeta, 
como si hubiera perdido los kilos de más que todavía se reflejan en el espejo.

Perderlos por dentro, me refiero.


Ya no cargo con su recuerdo, 
ni con el mío de su mano. 
No hay rencor por aquel dolor, 
ni rencillas por lo que pudo ser y alguien dinamitó.

Ahora camino más ligero, 
le sonrío más a las cosas mundanas que me pasan a diario y he dejado de pelearme con el destino por ser tan cabrón.

Realmente él solo me pone las piedras. 

El que se equivoca abrazándolas soy yo.

Es como si después de todo soltar el lastre significara dejar de mirarla a los ojos como nadie más lo hacía.



miércoles, 16 de marzo de 2016

Después de ti

Después de tu condena emocional,
de esa prisión sin barrotes que era tener tu olor en cada baldosa de casa,
en cada centímetro cuadrado de las sábanas
y esos mechones que se desprendían entre los cojines del sofá.

Después de mi exilio sentimental,
de huir de camas ajenas,
de repudiar cualquier piel que no fuera la tuya,
de faldas que nunca llegué a subir
y sujetadores que no supe desabrochar.

Después de todo esto llega mi recuperación moral.

Mi ego restaurado, aunque pequeñito. Ínfimo.

Pero me sirve, me da, me sustenta para vivir.

Ni músculos, ni sonrisa de anuncio. Y mi altura deja mucho que desear.

Después de nuestra tercera guerra mundial ya no nos quedó planeta.

No nos quedó mar,
ni montañas en las que recostarnos mientras anochecía.

Y quiero darte las gracias, 'amor'.

Por torpedear toda mi ciudad,
por resquebrajar los cimientos de mi vida.

Por ayudarme a descubrir un puto universo lejos de ti.

Ahora el aire no contamina, es puro.

Y la estrella que más brilla abraza estuosa todo mi alrededor.

lunes, 14 de marzo de 2016

Viceversa

De repente, un volantazo.

Que te lleva fuera de la carretera, que te introduce en el camino correcto.

¡Qué paradoja!

De repente una ola rompe en tus caderas,

y mis pantalones se quiebran por dentro

al mismo ritmo que mi pecho.

De pronto emerges,

floreces,

iluminas.

Y no marchitas.

Joder, ¡y no marchitas!

De repente el cristal empañado del coche,

y los dos sudando,

empapados,

sin taparnos.

Enfermamos el uno del otro,

y no,

no hay mejor tratamiento

que tú encima de mí

o

viceversa.

sábado, 12 de marzo de 2016

A(ma)RTE

Voy a hacerte pagar todos los platos rotos de mis historias pasadas,
todas las lágrimas,
las noches en vela,
los desplantes,
las ausencias.

Le voy a cobrar a tu piel todo lo que otros corazones no supieron cuidarme ni arroparme, todo ese frío que se me calaba en los huesos en pleno agosto. Todo ese desdén de cada abandono en cada portal, en cada andén, en cada terminal de aeropuerto.

Vas a pagar por todas las veces que mi voz se apagó, por todas la veces que se cansó y avistó causas perdidas donde mis ojos solo veían esperanza. 

Vas a pagar por todas las sábanas a las que prendí fuego por no desprenderse del olor que guardaban.

Y no será injusto. 

Porque te voy a brindar todo el amor que otra pieles desaprovecharon.

Porque si has decidido quedarte a dormir al lado de un alma con tantas magulladuras es porque, realmente, mereces que todo ese rencor que de a poco iba consumiéndome se convierta en fe.

Fe.

En ti.

Borrando de mi epidermis las huellas y cicatrices de otras guerras, sin tiritas, sin vendas. 

Con fe.

En tu boca.

Apartando el miedo a los dejavú.

Con fe.

En tus manos.

Y queriendo de nuevo sin filtros, sin topes, sin frenos. Apostando todo al negro de tu melena. 

Con fe.

En nosotros.

Vas a cobrarte todo el amor que tengo guardado
se me antoja
poca cosa
para el arte que
significa ver
brillar
tus 
ojos.

miércoles, 9 de marzo de 2016

De lejos

Me miró,
me mimó,
me recompuso,
me reprendió,
me abrazó.

Me miró como nos miran quienes nos quieren aprender, desde la más bonita de nuestras risas hasta el más oscuro de nuestros secretos.

Me mimó como nos miman quienes no se preocupan del tiempo. Como lo hacen quienes ven en nosotros el frío que nos falta y no el calor que ellos añoran.

Me recompuso como lo hacen quienes no esperan que te quedes después, a sabiendas de la cantidad de injusticias que un corazón maltratado puede cometer con quienes intentan ponerle tiritas. 

Me recompuso con oído y corazón, sin juicios.

Me reprendió como lo hacen las madres, viendo en nosotros todo eso de lo que somos capaces y no logramos.

Y me abrazó de lejos, probablemente sin ella saberlo. 

Me abrazó tan fuerte que, desde entonces, yo ya no quiero soltarme.

martes, 8 de marzo de 2016

Suertes

He vuelto sobre mis pasos, ahora menos pesados, más libres, más firmes, para quizá mirar con otro prisma toda la rutina que me rodeaba hace poco más de 365 días. 

Y he sonreído. 

En aquellos días los raíles de metal y la contaminación torpedeaban mi vida de una forma tan abismal que me impedían ver un poquito más allá. Justo eso que es lo que a mi me gusta. Alongarme a la vida, asomarme con riesgo al balcón. Me quedaba detrás de las cortinas y pocas veces fui capaz de ver atardeceres entre edificios que pudieran ser artífices de alguna historia que mereciera la pena contar. 

He tenido la suerte de poder juntar mis dos mejores relatos. De reunirlos en una mesa, rodearlos de cervezas y disfrutar de dos mundos que, apreciándolos bien, se complementan de tal manera que me vuelvo a cuestionar si los merezco. 

Y llegará el día en el que, seguramente más viejo, con alguna cana en el pelo o algún problema irremediable de calvicie, me diga a mi mismo que todo esto que nunca pude entrelazar eternamente me dio la vida en dos lugares antagónicos. 

Y esa será mi mayor, y mejor, suerte;

Tener un tesoro a cada lado del océano Atlántico.