miércoles, 9 de marzo de 2016

De lejos

Me miró,
me mimó,
me recompuso,
me reprendió,
me abrazó.

Me miró como nos miran quienes nos quieren aprender, desde la más bonita de nuestras risas hasta el más oscuro de nuestros secretos.

Me mimó como nos miman quienes no se preocupan del tiempo. Como lo hacen quienes ven en nosotros el frío que nos falta y no el calor que ellos añoran.

Me recompuso como lo hacen quienes no esperan que te quedes después, a sabiendas de la cantidad de injusticias que un corazón maltratado puede cometer con quienes intentan ponerle tiritas. 

Me recompuso con oído y corazón, sin juicios.

Me reprendió como lo hacen las madres, viendo en nosotros todo eso de lo que somos capaces y no logramos.

Y me abrazó de lejos, probablemente sin ella saberlo. 

Me abrazó tan fuerte que, desde entonces, yo ya no quiero soltarme.

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