viernes, 26 de abril de 2013

Tu hombre

Podría contarte la historia de mi vida pero prefiero que la escribas tú.

Sin boli,
sin pluma,
sin más tinta que la de tu sudor recorriendo mi cuerpo en una de esas noches en las que olvidas todas las lágrimas que suelo provocarte.

Podrías recitarme los poemas de tu vida, las frases que salen de cualquier renegado que en su triste agonía adivina el deseo de aquellas con las que no comparte ni una mísera partícula de aire.
Pero prefieres leerme tus pensamientos en alto, hacerme partícipe de tus locuras y vicios desmedidos bajo las sábanas.

Podríamos ser tantas cosas que nos engarrotamos si alzamos la vista y vislumbramos el futuro.

Deberíamos ser tanto.

Querríamos ser menos.

Que tus faldas no me importen cuando están lejos, que ignorases mi espalda desnuda si no estás cerca.
Que tus curvas no me causen descarrilamientos y mis manos no te alcancen la Luna.

En esa lucha tomamos parte.

Qué podríamos, qué deberíamos y qué querríamos ser.

Seguiré esperando una respuesta cada noche, cuando recojas tu ropa y me dejes echando de menos al que debería ser cada minuto de nuestras vidas;

Tu hombre.

viernes, 12 de abril de 2013

Tiritando

Me faltaron noches y me sobraron copas en la barra de ese bar donde se escuchaba de fondo la banda sonora de mi naufragio en horas de sequía.. Te sobraron noches de desdén jugando a ser valiente, te faltaron ganas de precipitarte. Me robaste las ganas e hiciste válido tu refrán a fuerza. Pero me llenaste de motivación, me hiciste creer más en mí... Sin nadie a mi lado. Me volviste a recordar lo fuerte que puedo llegar a ser por muchos palos que el jodido destino me dé en las costillas.
Me robó el mar tus abrazos... Y me robó el avión tu calor. Y me quedé tiritando...
Ya no vale ningún postit recordatorio, ni un olor que te recuerde a mi, ya no vale el azul ni el papel dorado envolviendo chocolate... Ni si quiera valen las noches despejadas donde ver las estrellas que llevo tatuadas en mi piel...
Me sobró ímpetu y me faltó plomo. Me sobraron ilusiones.

jueves, 11 de abril de 2013

Fugaz


No sé si en las noches de frio te echo de menos por no poder arroparme con tus ganas e ilusión o si, por el contrario, echo de menos al cabrón que hay en el fondo de mis pantalones.
No sé si por las mañanas me levanto más optimista por no tener a quien destapar y dejar helada de frio o simplemente es porque he conseguido tanto sin ti... Que no me haces falta.
No sé si las lágrimas que alguna que otra noche derramé salían por tener la firme convicción de que eras para mí o porque ignoraba que yo no era para ti.
Probablemente mi egoismo barato se debe a proteger mi corazón de ladronas como tú... No tenias llaves, ni ningún artilugio para entrar, pero entraste... Sin llevarte nada. Salvo la esperanza de no volver a darme de bruces con una piedra.
Y entendí que somos de papel, que si alguien sopla podremos salir volando sin saber donde vamos a caer... Que las estrellas fugaces no son más que eso. Fugaces.
Y justo eso fuiste tú. Mi estrella fugaz. La que incendió mi atmosfera e iluminó mi cielo para darme un segundo en el que poder pedir un deseo que, dificilmente, algún dia podria convertirse en realidad..

martes, 2 de abril de 2013

Imprescindible

Con todo esto quiero decirte que no te rindas, que todo está dentro de ti.
Que no decaigas, que si hoy tienes que dar un paso hacia atrás, lo des. Mañana tendrás más fuerzas para avanzar.
Que aquel que no encuentra un motivo por el que seguir luchando no se merece la oportunidad, si quiera, de desenvainar una espada.
Que tengas la serenidad para comprender que un minuto siempre serán 60 segundos y que en ese pequeño intervalo de tiempo puedes cambiar radicalmente tu vida.
No desprecies ni un solo minuto por vacío que te parezca su primer segundo.
Los mejores momentos son los inesperados, los fugaces, los que no te da tiempo a analizar.
No te cruces de brazos, tiéndelos pero no los tuerzas con facilidad.
Sé claro, conciso, duro y afable.
Sé un saco de boxeo y un muro de piedra.
Sé tu espejo y el de los que tienes al lado.
Deja todo lo que estés haciendo cuando alguno de tus amigos te necesite.
Y si estas lejos, hazles ver que para escuchar no hace falta compartir baldosas... Y para seguir queriéndoles, menos. Ellos te sustentan. Sus recuerdos junto a ti te dan aire cuando el metro te ahoga y las ganas de verles te motivan para comerte cada día desde el primer instante en el que abres los ojos.

No te olvides que lo que buscas está a la vuelta de la esquina esperándote, acompañado de trabajo y dedicación hacia los tuyos.