viernes, 25 de diciembre de 2020

Yo, mi, me, conmigo.

Hablo de mí.

A cada rato en este blog y fuera de él. En la calle, en el trabajo, el amor, en el desamor.

Hablo de mí.

Te podré resultar egocéntrico.

Y lo soy, joder.

Unos ochenta kilos, chicha arriba, chicha abajo.

Pero hablo de mí porque no puedo hablar de nadie más. 

No puedo hablar por nadie más.

Entiéndeme. 

Hablo de mí porque solo míos son estos trozos. Porque solo yo entiendo de lo que he roto. 

Hablo de mí porque no tengo potestad para hablar de otros corazones, ni de cómo sangran cuando los rompen en mil pedazos.

Hablo de mí porque nadie puede hacerlo mejor que yo.

Nadie conoce estas grietas como yo,
ni esta piel,
ni lo que esconde mi mirada.

Nadie conoce mis enfados mejor que yo,
ni cómo entro en cólera,
ni cómo salgo de ella con el iris clave.

Hablo de mí.

Porque hablar de otras almas
en las que no habito
me parece pecar de soberbia
en una sociedad que lo menos que necesita es juzgar al prójimo

Hablo de mí,
porque nadie mejor que el que se aloja en los infiernos,
para aconsejarte sobre los inconvenientes 
de adentrarte en ellos. 



martes, 15 de diciembre de 2020

Conquistas

Hacer "todo lo posible" para conquistar a alguien,
a veces,
se convierte en una traición anunciada.

En una mentira.

En una ristra de promesas que no vas a poder cumplir.

Porque esto no va de conquistas, ni de asedios.

Conquistar es una fusión sin pothalas,
dos seres que se reconocen al tacto,
al oído,
al sabor.

Es transitar su cuerpo sin GPS,
y que te de igual perderte.

Nunca te gustaron los rizos, pero jamás te bombeó tanta emoción como cuando te subes en su montaña de risas.

Conquistar no es querer robarle besos,
ni tiempo,
ni vida,
ni el corazón,

es multiplicar el que os queda por dos.

Conquistar su piel no puede significar una guerra, 
no debe haber armas,
ni trampas,
ni heridos,
y si hay alguna batalla que sea la de dilucidar quien lleva las riendas esta noche.

Por mí saco la bandera blanca
y dejo que seas tú
la que lleve el compás.


domingo, 6 de diciembre de 2020

Villano

Van a querer convertirte en el villano,

en el malo de sus historias,

sobre todo si has pasado por sus pieles,

por sus corazones,

o por sus mazmorras.

Sobre todo por sus mazmorras.

Porque conoces sus secretos, sus infiernos y sus cárceles emocionales que en más de una ocasión les impidieron avanzar.


Van a querer convertirte en el enemigo, 

a pesar de las palabras,

de la tinta,

y de las promesas.

Van a querer hacerlo porque hubo un día que decidiste seguir tus convicciones,

en lugar de las suyas.

Decidiste cumplir tus expectativas,

en lugar de las suyas.

Y lo conseguirán. 

Y para muchos serás el villano.

Y te dará igual.

Porque, al final, la almohada donde tú descansas cada noche es suave, blanda y callada.

Sólo te ronronea.

Van a querer convertirte en el villano y lo conseguirán.

Y llegará el día que sonreirás viéndote en sus carteleras,
comprendiendo que siempre,
la calidad de la historia,
dependerá
directamente
de la calidad de su

villano.