martes, 19 de mayo de 2020

Permítanme

Permítanme que hoy deje a un lado el mundo que nos rodea,
que lo ignore por una noche,
que lo ponga en mute,
que atenúe las farolas de las calles.

Permítanmelo.

Permítanme que celebre mi vigésima novena vuelta al sol,
que cada vez quema más,
y la herencia materna de esta tez pálida ya le cuesta soportar.

Van apareciendo algunas canas en ese cabello que no cae,
herencia paterna esta vez.
Como la cabezonería, Nullius in verba, que me ha llevado a tantas
y tantas
y tantas hostias.

Permítanme que cierre los ojos,
el puño
y la esperanza.

Veintinueve vueltas al sol, teniendo fe.
En lo que toco,
en lo que veo,
en lo que siento,
en unos ojos,
en una piel.

A pesar de los descosidos, de las grietas y los derrumbes.

Todo siempre vuelve a florecer cuando los humanos lo abandonamos.

Veintinueve vueltas al sol pero, solo en doce, con luz directa.

De esas que te alimenta de día,
sin tener que esperar a la noche,
a oscuras,
a solas,
para que nadie te vea.

Permítanme que llore,
y me riegue.

Veintinueve vueltas al sol.

Permítanme que siga (sobre)viviendo.