Entonces me encontré aquella bifurcación. Y yo elegí entre dos senderos. Y aquel maldito camino por el que avancé tenía piedras, zanjas, aludes, barrancos y de todo lo que a uno puede cortarle el paso.
Pero seguía avanzando. Lo importante es que seguía avanzando.
No podría enumerarte aquí la cantidad de heridas que me hice, la sangre y las lágrimas que derramé mientras cruzaba toda esa 'selva'.
Seguía avanzando.
Tuve que ser yo el que me suturara la heridas, el que me secara las lágrimas y el que cargara con el despojo en el que me había logrado convertir aquella vereda repleta de obstáculos.
Un día me acaricié las heridas y sentí mi piel más fuerte.
Más gruesa.
Más resistente.
Ahora avanzaba más rápido.
Al día siguiente me topé con un lago y me vi reflejado en él.
Me observé por dentro y me sentí mayor.
Más grande.
Más seguro.
Ahora avanzaba sin prisa.
Al cabo del tiempo me di cuenta de que ya no había más árboles a mi alrededor. Ya no me encontraba piedras, nada que me frenara ni me hiciera doblar las rodillas. Entonces miré al cielo. Y vi tropecientas constelaciones. Y me imaginé viajando por ellas.
Y después un tiempo te encontré a ti, mientras se me terminaban de caer las costras de todas las heridas que sufrí. Y me acariciaste valiente, sin temer. Descubrí tu constelación y me acordé de aquel día en el que soñé navegar por las estrellas.
Nunca más he querido despegar los pies de la tierra.
Ahí entendí que volvería a elegir el mismo camino si la vida me pusiera de nuevo en aquella bifurcación,
porque después de todo,
de tanta odisea,
de tanto dolor,
tú.
miércoles, 29 de marzo de 2017
domingo, 5 de marzo de 2017
Mi suerte.
Tengo la suerte de su abrazo,
de su paz cuando todo mi alrededor empieza a arder.
Estoy enamorado de una heroína de carne y hueso que cada puta mañana me regala sus amaneceres y me salva la vida solo con sus bostezos.
de su paz cuando todo mi alrededor empieza a arder.
Estoy enamorado de una heroína de carne y hueso que cada puta mañana me regala sus amaneceres y me salva la vida solo con sus bostezos.
Tiene la capacidad de parar el mundo
y que cada problema se convierta en ceniza con una simple caricia.
Me reta,
me incita,
me pone patas arriba la vida.
Y eso es justamente lo que necesitaba;
que alguien llegara y me lo desordenara todo para darme cuenta de lo que realmente tenía ante mis ojos.
Tengo la suerte de su piel;
y no existe
ninguna
maldita
superstición
que le haga
frente.
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