de su paz cuando todo mi alrededor empieza a arder.
Estoy enamorado de una heroína de carne y hueso que cada puta mañana me regala sus amaneceres y me salva la vida solo con sus bostezos.
Tiene la capacidad de parar el mundo
y que cada problema se convierta en ceniza con una simple caricia.
Me reta,
me incita,
me pone patas arriba la vida.
Y eso es justamente lo que necesitaba;
que alguien llegara y me lo desordenara todo para darme cuenta de lo que realmente tenía ante mis ojos.
Tengo la suerte de su piel;
y no existe
ninguna
maldita
superstición
que le haga
frente.
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