domingo, 17 de abril de 2016

Ella

Te lo digo.

Esa mujer me pone burro.

Y no son necesarias faldas cortas, ni escotes de vértigo.

Ni espaldas al descubierto.

Ella no necesita nada de eso para volverme loco.

Es solo su forma de hablarme, su manera de escucharme.

Y lo que lee.

Es mujer de intelecto.

Mucho más del que yo pueda llegar, si quiera, a imaginar.

Aprendo de ella hasta viéndola andar y como mira al frente.

Con la seguridad de ser tan fuerte y tan autosuficiente que no me necesita,

ni me necesitará nunca en su vida.

Pero me quiere en ella.

Y te digo algo,
no hay nada más bonito
que te quiera, sobre todo bien,
quien no te necesita.

Porque querer por necesidad es sencillo.

Lo hacemos a diario. Con todo. Todos.

Ahora piensa. Ahí está el error más grande del ser humano.

Querer un corazón porque lo necesitas en tu vida.

¿Y el tuyo?

Ella es mujer de intelecto.

Y sabe que no es mi corazón el que necesita para ser feliz,

porque ya nació con uno bien fuerte.

Ahora lo único que quiere es que le hagan reír.

Y sí, aunque no sé muy bien porqué, me ha elegido a mi.

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