domingo, 25 de septiembre de 2016

Roja

Esto no es una historia de amor.

Pero, ¿no les pasa?

De pronto se planta una melena roja,
rizada,
como una metáfora.

Me da vueltas la vida.

Y el pecho.

(Que, para ser francos, es lo mismo).

Dice tener fe en mi piel
y que mis ojos brillan.
Brillan mucho.
Por eso de la herencia materna, me dice.
¿Cómo le explico que brillan porque es ella la que fija su mirada en la mía?

Me dice que ser cobarde e impuntual suele ser siempre lo mismo.

¿Cómo le digo que tengo miedo a llegar antes de que ella coja ese avión a la otra punta del país?

Esto no es una historia de amor,
solo es alguien
que le escribe
a esa melena roja.

Y que, en un silencio atronador, sueña con que esos rizos
se conviertan
en la montaña
rusa
de
su
vida.

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