sábado, 1 de febrero de 2020

Mudanza

Estoy comenzando otra mudanza y, lejos de estar acostumbrado, vuelvo a recordar el arduo ejercicio de desapego que debemos hacer en momentos así.

La cantidad de sonidos que se quedan en las paredes que ahora abandonas,
el amor y la flor de esa alcoba,
que nunca sabré si podrá descansar del todo.

Los recortes de periódicos que se quedarán guardados en las gavetas
los cuadros con fotos de corazones que ya no están
ni forman parte.

Mi piel también debe dejar aquí heridas,
cicatrices,
miedos
y cargas.

He comenzado otra mudanza
y estoy intentando poner lo más bonitas posibles
las paredes,
que huelan a futuro
sin un pasado que haga de ancla
pero sí de guía.

Hay un alma correteando por estos pasillos
que me recuerda
que por muchas paredes que me vean dormir
solo hay unas
que serán capaces de ayudarme a descansar.

No hay comentarios:

Publicar un comentario