lunes, 20 de abril de 2015

Te aprendí

Me sentí como el adolescente,
al que le brindas unas manos 
para usarlas como lápices
y me brindaste tu cuerpo
como libreto virgen.

Tu cama fue el pupitre
donde calqué tu figura.

Y te aprendí despacio,
como dictan los maestros 
que deben hacerse las grandes cosas.

Y así fui memorizando cada resquicio,
cada escondrijo de tu piel.

Cada centímetro de tu silueta
calcada en mi memoria,
a fuego.

Y te aprendí, 
como se aprenden las cosas
que nunca se olvidan.

Te grabé dentro
como se graban los recuerdos
que nos mantienen vivos.

Te aprendí
sin la intención de olvidarte.

No hay comentarios:

Publicar un comentario