Desmemorizar a mi piel,
desmembrarla.
Escamarla,
borrar el rastro de la tuya impregnada en mi epidermis.
Fumigar todo el sudor que absorbieron mis poros
hasta que no quede nada.
Resetear mi piel.
Aprender de cero a acariciar,
a coger unas manos sin púas,
sin clavos.
Quitarle el miedo a mis piernas para que vuelvan a confiar y no tiemblen.
Que vuelvan a entrelazarse bajo las sábanas sin pavor.
Reseteo carnal.
Tu olor que mana de cada herida que sufro,
que me devuelve a los infiernos
que me bota al suelo
y me revuelca
y me desangra.
Tu olor mezclado con el suyo.
Sin dejar que me empape de sus abrazos.
Desmembrar mi piel,
hasta la última de sus capas.
Y terminar desnudo.
Con una piel joven,
brillante,
intacta,
sin heridas.
Dispuesto a sangrar, de nuevo.
Dispuesto a sangrar, ahora, por otros huesos.
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