lunes, 25 de julio de 2016

Desierto emocional

Sí.

Sí, amor. Ando solo.

O, mejor dicho, ando en soledad. Que parece, pero no. Nunca es lo mismo.

Ando en soledad. Avanzo en soledad. Me quiero en soledad.

Limando asperezas conmigo mismo, con sonrisas selectivas. Por no espantar.

Podando las consecuencias de mis errores.

Aunque aquí hace tiempo que no florece nada.

He dejado de regar. Y el sol castiga.

He dejado de perseguir espejismos en este desierto emocional que se ha convertido el conjunto de huesos, vísceras y trastornos que llevan mi nombre y apellidos.

Sí, amor. Echo de menos tu sudor en mis sábanas.

Pero no a ti.

Nunca más a ti.

Sí, amor. Se puede echar de menos aquello que no quieres de vuelta.

Y sí, (des)amor.

Duele.


No hay comentarios:

Publicar un comentario