viernes, 20 de enero de 2017

Tus Lunares

De pronto el caparazón te quedó pequeño,
asomaste la cabecita,
estiraste las patas
y saliste a andar.

Pasito ligero, firme, sin prisas. 

Solo tú sabías donde querías llegar; no te importaba cuando. 

Me invitaste a ser partícipe de tu camino,
tropezar,
caernos,
levantarnos,
sacudirnos las cicatrices 
y seguir. 

Me dejaste apreciar tu desnudez; en todas sus vertientes.
Te posaste ante a mí sin ropa,
sin miedos,
sin complejos. 

Y, ante eso, uno solo puede observar,
suspirar
y afrontar el reto que supone
el recuento im-posible- de todos tus lunares. 

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