La de vueltas que nos ha dado la vida,
mareándonos,
haciéndonos devolver.
Perdiendo fe, ganas y paciencia.
La de vueltas que nos ha dado.
Hasta hoy; poniéndonos frente a frente.
Como si estuviera cansada de haberme mandado mensajes,
enamorándome de un paisaje,
de unas carreteras,
de un volcán,
y de un desayuno.
(Nos podemos enamorar de cualquier cosa)
Y no sé si culparle a ella de querer tus brazos como abrigo.
Quizás al destino por animarte a volar,
o a la suerte por hacerme tropezar con tus caderas.
La de vueltas que nos ha dado la vida,
y nos tiene aquí
fugitivos.
Fugitivos, salvo para los que saben traducir miradas... y suspiros.
No hay comentarios:
Publicar un comentario