martes, 10 de mayo de 2011

Un segundo

Y si pudiera por un segundo hacer que pararas los pies y me miraras. Que obviaras toda la mierda que nos rodea. Que me abraces un jodido segundo, sólo te pido un segundo. La amabilidad se me acaba cuando pasas delante de mis narices, cuando me guiñas el ojo y me retas. Eres una maldita impertinente, que lo sepas. Te quiero, más de lo que te mereces incluso. Y me quieres y eso es lo que no sabes, que me quieres. O igual si lo sabes pero tu maldito orgullo de niña malcriada te hace negarlo. Quizás por eso no quieres abrazarme, porque tienes miedo. Porque eres una cagona y no tienes lo que hay que tener para afrontar lo que se te viene encima. Que soy del montón, ya lo sé. Que no puedo brindarte una vida de lujo ni mariconadas todos los días. Pero lo que yo te puedo dar está fuera de comparativa con todo eso. No hay joyas, lujo, ni comodidades que se puedan comparar con lo que yo puedo darte. Y eso tú si que lo sabes bien.
Afrontalo de una jodida vez y dame la oportunidad de demostrarte que hoy por hoy no hay nadie que mate como mataría yo por tus huesos.

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