jueves, 16 de mayo de 2013

Aeropuerto

Me he vuelto propenso a pisar aeropuertos, a despedir a manos llenas, a regresar con el corazón vacio. Conozco un par de rutas aereas que me pasean por las avenidas de mis miedos y dejan atrás mis ilusiones. He saboreado las mieles del reencuentro y la amargura del adiós. Los hasta luego son tan prolongados que a veces no encajan y los recuerdos de algunas personas se borran con la facilidad con la que se disfrutaron...
Y entre tantas me queda lo que siempre he tenido, los que no se despiden a pesar de saber que no nos volveremos a ver en mucho tiempo, los que no se dejan engañar por una de las mentiras más grandes de los cobardes que andan sueltos por ahi...

Nunca hay terminales vacías ni pasajeros sin equipaje. Por poco espacio que ocupe en el avión el sentimiento de echarte de menos cada minuto pesa tanto como para que me prohiban llevarte conmigo...

 Y, como dice Marwan: "Cuando hace falta nunca retrasan los vuelos..."

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