jueves, 24 de abril de 2014

Cuando te marches.

Cuando te marches cierra todo bien. 
Apaga los besos y cierra el corazón con llave. Corre los párpados para que no entre claridad y pueda dormir a gusto. 

Si te marchas, tira la llave al fondo del mar y si usas candado asegúrate que no hay alicates que puedan romperlo. 

Cuando te marches, sube las cortinas de mi esperanza y paga las facturas de las decepciones. No te olvides de llevarte toda tu correspondencia, ya haré leña con mi desasosiego cuando quiera encender la chimenea. 

Cuando te marches, que no se te pase por la cabeza la idea de volver. 

Ni por el corazón. 

Si te marchas y te arrepientes, no seré yo el que te conteste al telefonillo. Ni el que te abra la puerta. 

Ese idiota será otro. 

Si te marchas, te irás de verdad. No quiero que dejes ni un hueco de recuerdo en forma de ropa interior en alguna gaveta de mi armario. 
Si te marchas, te desahuciaré de mi pecho y te cobraré todo el rencor pendiente en forma de olvido permanente. 

Cuando te marches, no te olvides de recoger del suelo mis ganas de seguir queriéndote. 


Las vas a necesitar para el siguiente idiota que quiera abrirte las puertas y encenderte el corazón.

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