domingo, 20 de abril de 2014

Prosa

Siempre se me dio mal escribir poesía en verso, como olvidar adrede a quien no recordaba ni mi nombre. Siempre se me dio fatal juntar palabras, hacerlas rimar y que sonaran bonito. Como fabricar noches de esas que rebosan los libros de los grandes artistas que crean expectativas tan altas, que es improbable no salir perdiendo.

Siempre me ha costado echarte de más, porque no sé hacer otra cosa que echarte de menos. No me dejas hacer otra cosa que echarnos de menos.

Siempre se me dio fatal bailar pegado a quien miraba para otro lado. Coger de la cintura a quien no quería memorizarse el compás de mis mañanas.
Siempre se me dio mal esperar, sobre todo por aquellos que nunca terminaban de llegar.

Y no hay versos que arreglen la paciencia del corazón roto. No hay versos, ni besos, que curen las heridas que provocaste engañándonos. Engañándote a ti misma.

Por eso elegí la prosa.
Porque siempre se me dio mejor coger carrerilla y hacer las cosas del tirón, sin escalas, sin interrupciones.

Como me pasó contigo, tocar el cielo y hundirme en el fondo del mar. Todo, en el mismo párrafo de mi
vida.

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