lunes, 7 de abril de 2014

Reflejo

Eres el reflejo donde mucha gente se ve queriéndote.

Quizás es la frase más acertada que me ha dicho el silencio en mucho tiempo, cuando te abandoné porque te olvidaste de quien eras y yo quise acordarme de quien era el que vestía esta sudadera azul.
Para saber bailar pegado al corazón que quieres escuchar latir cada mañana, primero debes aprender a bailar con el tuyo y hacerle entender que nunca necesitará otro para sobrevivir.
Para que crucen charcos por ti, primero debes aprender a nadar de la mano de alguien y que te ahoguen. Y que te saquen a flote. Y hundirte tú mismo porque sabes que es mejor tocar fondo que seguir en la superficie mientras el viento te azota el rostro, "para que aprendas".

Y por favor, sigue eligiéndote. Y deja que te elijan. Deja que te señalen con el dedo, que griten tu nombre, tu apellido o que te insulten para llamar tu atención.
Déjalos.
Porque si quieren pasear contigo, tarde o temprano, cogerán cualquier cacharro que les transporte a donde estás e irán contigo de la mano. O del corazón. Incluso de lejos.

Y son esos últimos el reflejo en el que te ves queriéndote. Porque si ellos siguen, es porque tú no te has ido.

Y eso es lo complicado, no irse nunca.

No hay comentarios:

Publicar un comentario