Han apuñalado al amor en París,
han explotado su hogar,
secuestrado a sus fieles,
jugando a ser dueños
de la vida de la gente.
Han apuñalado al amor en París,
han regado de miedo los corazones,
han abarrotado de pánico las calles
otorgando la autoridad
a un dios mal venerado.
Los profetas alzan la voz,
las armas,
las bombas,
la violencia.
Y París sangra.
Europa abre los ojos.
Y Oriente susurra:
"¿Ahora si duele?"
Han apuñalado al amor en París,
y ahora Europa llora un poco más,
entiende un poco más,
sufre un poco más,
abraza menos
y el derecho a la vida disminuye
a cifras históricas.
Han apuñalado al amor en París
y la sangría de fe en el ser humano
se convierte en irreparable.
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