He atacado a tu memoria,
jugado al frontón con tu recuerdo,
pisoteado tu autoestima,
y ofendido a unas cuantas mujeres que no conozco.
Y no me siento orgulloso.
He borrado tus huellas,
deshecho la cama con otras,
olvidado tu voz
y susurrado en otras nucas.
He querido durante un rato.
(Varias veces).
Le he hecho pagar a alguna buena mujer
todo ese vacío que tú me brindabas.
No me vi justo,
no me vi hombre.
Y las abracé en un adiós
que todos agradecimos.
Y ahora me abrazo fuerte.
Tan fuerte,
que miro a mi lado
y la adivino orgullosa.
Tan fuerte,
que sus ojos verdes
deciden quedarse a dormir.
No hay comentarios:
Publicar un comentario