domingo, 28 de febrero de 2016

Andrés

He visto cantar a Andrés, de nuevo.

Y como si fuera la primera vez.

Como cuando te enamoras cada mañana de la mujer que se despereza al otro lado de tu cama, como cuando se emociona el niño cada día 6 de enero.

He visto hacer arte a Andrés, de nuevo.

Y uno, que de vez en cuando se cree artista durante cinco minutos, llora mientras escucha Rosa y Manuel. Y la mano que me sostiene al lado sabe que solo Andrés es capaz de poner a hervir mi corazón con un fuego que sigue luchando por no apagarse.

Ella que cada día nos recordaba cuan fuerte podíamos llegar a ser.

Ella que cada noche nos recordaba cuantos sueños podríamos convertir en realidad solo con una pizca más de coraje.

Ella, una de las mujeres de mi vida.

He visto a Andrés conquistar una sala, de nuevo.

Corazones, risas, lágrimas, abrazos. Todo era suyo.

Y, como siempre, al acabar lo hizo nuestro.

Gracias, Andrés.

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