Que triste es hipotecar hoy en dia nuestras noches al sonido de un móvil y no al de un timbre. Que duro es leer cartas sobre un formato duro que no puedes arrugar y tirar a la papelera cuando lo que te digan te reviente el pecho. Que fácil decir adiós estando separados por tantos kilómetros...
Que jodido es recuperar viejas modas a la hora de vestir y no para enamorar, que desperdicio olvidarnos de la magia de esperar cada noche un grito que se cuele por tu ventana...
Que mala costumbre usar ramos solo para recordar a los que ya no están y no para los que quieres que se queden el resto de tu vida. Que fea manía de apartar lo bueno por lo bonito, lo fiel por lo fugaz, lo perenne por lo caduco...
Que pena no poder volver atrás para conquistarte de nuevo, de la misma manera, con la misma estrategia que no era otra que hacerte recordar cada mañana que eras la reina que necesitaba mi monarquía...
No hay comentarios:
Publicar un comentario