viernes, 29 de mayo de 2015

Quiérete.

Quiérete.

Quiérete tanto que los demás quieran formar parte de tu historia de amor.

Quiérete, sobre todo, bien. Que los demás vean en ti un ejemplo a seguir.

Sonríe, valora los pequeños detalles de quienes decidieron quererte por encima de cualquier cosa. Tus padres, tus hermanos, tus amigos. Valora sus tirones de oreja, eso es amor del bueno. Cada consejo que te den, aunque no te guste escucharlo, significa un te quiero en toda regla. Ellos saben, a veces incluso mejor que uno mismo, de lo que somos capaces y harán todo lo posible para que afrontemos la vida siendo conscientes de ello.

Quiérete.

No les des las espalda, tiéndeles la mano. Escucha bien. Ellos a veces no necesitan palabras "mágicas" que sean la solución a sus problemas, simplemente necesitan un oído que les abrace. Y eso fortalece el amor, en todas su formas.

Quiere tus defectos. Sin ellos no eres. Cuídalos, no te olvides de que están ahí. Y que la persona que se atreva a quererte que sea valiente de verdad y te ayude a cuidarlos. Llegará el punto que los ame tanto que te echará de menos solo por ellos.

Quiérete tanto que no te hagan falta espejos para sentirte la persona más atractiva del mundo. Los guapos son guapos hasta que los miran por dentro y ahí es donde deben quererte. Dentro, muy dentro. Puedes llegar a ser precioso o un engendro. Todo depende de como cuides el interior de tu pecho. Y de tu cabeza, no te olvides de ella.

Ama tus razones. Son las que te han traído hasta aquí. Erróneas algunas, fatídicas otras. Salvadoras la gran mayoría. ¿Te acuerdas cuando cogiste aquel avión?

Quiérete, joder.

Aparta el rencor de tu vida. Y quiere. Abraza. Besa. Ve corriendo a tocar un timbre o tirar una piedra a una ventana. Ahógate en cervezas, o lo que tu mejor amigo quiera. Ríete. Ríete muchísimo. Que te duela la mandíbula. ¿Que tu sonrisa no es bonita? ¿Qué más da? Lo precioso es la carcajada. Y que te hagan reír es amor del bueno.


Y haz el amor. De cualquier forma, a cualquier hora. Con un mensaje, con una carta. Con un video, con una canción. Con lo que sea. Haz el amor, como nos enseñan los grandes poetas en sus libros. Aprende a leer la piel y a escribir sobre ella. Es lo que nos mantiene vivos.

Porque cuando alguien nos sabe leer la piel y aprende a escribirnos bonito, nos despierta el corazón.

Quiérete, anda.

Y hazlo bien.

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