miércoles, 15 de julio de 2015

Eres

Siempre apareces en el segundo renglón de mis relatos,
Eres como el verbo del que abuso,
la redundancia de mi vida,
mi camiseta preferida,
mi juego de sábanas predilecto.

Eres la piedra de mis heridas
y el alcohol que le sigue.
La venda.
El betadine.

Eres la suerte que a veces toca
y luego se desvanece.
Como el anzuelo de un abismo,
el queso de una ratonera,
el silbido en un callejón sin salida.

Ese poema sin erratas.

Una prosa sin pausas.

Y, por supuesto, la canción que elijo cuando decido irme a dormir.

Unas veces desdicha,
                         gloria,
                         y paz.


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