lunes, 20 de julio de 2015

Sin Rastro.

Bórralo todo.

Pon patas arriba tu memoria, tus recuerdos y bórralo todo.

No dejes ni rastro de las personas que han pasado por tu vida para pisotearte.

Que te han usado como puching-ball,
como papelera emocional,
como amparo del pasado.

Deshazte, incluso, de cualquier rencor. Hay algo que han hecho jodidamente bien; ayudar a que te dieras cuenta del verdadero valor de quienes están contigo de verdad.

Y que lágrimas derramamos todos.

Que dolor, tenemos todos.

Miedo, todos.

Complejos, todos.

Pero quedamos algunos que un acto de insensatez creemos que cualquier persona es merecedora de que te desprendas de ellos cuando estas a su lado.

Y no, no todos merecen que te desnudes de esa forma.

Yo comencé a creer que ella era merecedora de esto en una tarde ventosa de agosto y otra noche ventosa, esta vez de julio, me di cuenta de que estaba completamente equivocado.

Después de muchos abrazos rechazados y chantaje emocional barato. Después de lanzar cuchillos con una verdad tan grande como el amor que yo siento por ella.

Prometo no volver a escribirle. No volverá a inspirarme.

Pero sigan queriendo, y sigan haciéndolo bajito.



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