viernes, 19 de septiembre de 2014

Luna

Si te bajase la Luna,
¿qué puñetas miraríamos después?

El cielo se quedaría huérfano,
el Sol, viudo. 
Y tú y yo, 
mirando al firmamento como dos estúpidos.

Si te bajase la Luna,
¿a quien le llorarías después?


Si no te escribiera a oscuras
cada madrugada,
probablemente,
no te echaría de menos.
Ni al fuego de tus besos.


Si cesara en mi estupidez,
¿a quien querrías después?

Si me pides que mi corazón
se vuelva piedra,
queriendo descansar en él.

Es una incoherencia preciosa.
Enamorarte
y querer transformarme.

Si me transformo en lo que anhelas,
¿quien seré?

Si te fumaste aquel cigarro de después,
la señal de querer quedarse.
De cambiar las sábanas
cada martes,
cada jueves,
o cada amanecer.


Si de verdad vas a querer la Luna,
llama a otro imbécil
que se deje convencer.

No hay comentarios:

Publicar un comentario